Newsweek // 12-05-10 // Operador negro

Publicado en por Opiniones Creadas

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Cómo el gigante petrolero británico BP usó toda la fuerza política que el dinero puede comprar para esquivar a los reguladores e influenciar en las investigaciones por negligencia corporativa en EE.UU.

Por Michael Isikoff y Michael Hirsh

 

Tony Hayward, el director ejecutivo de la ex British Petroleum, tiene varios problemas grandes en sus manos por estos días. Uno yace cerca de la corteza terrestre; el otro existe profundamente en la mugre de la política de Washington. Tal vez lleve meses tapar el enorme chorro de petróleo a 1,5 kilómetros de profundidad en el Golfo de México. Mientras tanto, Hayward tendrá que tapar el daño a la reputación de BP, y reducir su responsabilidad en lo que podría ser la limpieza más cara de la historia. Ya tenía problemas en el trabajo hace unos días, haciendo la ronda a senadores claves de los estados costeros de EE. UU. afectados por el derrame. Descrito como exhausto pero con una “sonrisa irónica”, Hayward impresionó a varios legisladores con su seriedad respecto a detener la fuga. También parecía tener la intención de desviar las preguntas sobre la responsabilidad. “Fue franco en la mayoría de sus respuestas”, dice Bill Nelson, senador de Florida. Pero cuando Hayward fue presionado sobre con cuánto BP compensará a las empresas y pescadores afectados por el derrame, dice Nelson, “lo esquivó” y se portó “como un abogado”.

La Administración de Obama prometió “mantener la bota en la garganta” de la gigantesca compañía británica, como lo dice el Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs. Otros tratarán de hacer lo mismo. En los próximos meses habrá demandas, audiencias e investigaciones sobre el derrame y quiénes son los responsables, así como debates acalorados sobre los planes de Obama de explotación en aguas profundas y una nueva legislación, incluida una propuesta que aumentaría en US$ 75 millones el tope a la responsabilidad de BP para compensar a las partes afectadas. Pero BP buscará apalancar cada centavo de los US$ 15,9 millones que gastó en lobby el año pasado (la mayor cantidad en su historia) mientras busca esquivar las acusaciones de que la empresa y sus contratistas no acataron las disposiciones de seguridad para explotación de aguas profundas. Más que nada, tratará de contener las multas que tiene que pagar. Si el pasado sirve de guía, BP tendrá éxito. La historia de cómo la compañía manejó otros problemas de seguridad ilustra cuán fácilmente los abogados y la pura fuerza corporativa a menudo pueden aplastar los mejores esfuerzos de los reguladores federales (un vocero de BP dijo que la compañía “pagará todos los reclamos legítimos” derivados del derrame de petróleo. El portavoz se negó a responder todas las otras preguntas que le hizo NEWSWEEK).

 


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