Tiempo Argentino // 30-09-10 // Masivas manifestaciones en toda España contra los planes de ajuste

Publicado en por Opiniones Creadas

Por Luis Ini


El acatamiento fue dispar. En la construcción, la metalurgia, la industria automotriz y los puertos superó el 90%, pero en los centros de las ciudades era posible transitar, realizar trámites bancarios o hacer compras. Masivas manifestaciones y acatamiento dispar tuvo la huelga convocada para ayer en rechazo a la reforma laboral instrumentada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y ya aprobada en el Congreso. Esta es la consideración inicial que deja la primera protesta de los sindicatos contra el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y su brusco viraje en las políticas económicas y sociales. El balance es positivo para los sindicatos y no hirió de gravedad al Poder Ejecutivo. Para los gremios, en especial las dos organizaciones mayoritarias convocantes –Comisiones Obreras (CCOO, afín a la Izquierda Unida) y Unión General de Trabajadores (UGT, socialista)–, el desafío era mostrar a la sociedad y al gobierno que siguen siendo interlocutores.
Puede decirse que no salieron mal parados, aunque sería un ejercicio de optimismo dar por buenas las expresiones de “éxito absoluto” utilizadas desde ese entorno con cierto aire triunfalista. Según fuentes sindicales, la huelga tuvo un acatamiento del 70%, índice un tanto discutible para el español medio, para el que la sensación fue diferente. En el centro de Madrid, por ejemplo, no fue complicado desplazarse de un lado a otro de la ciudad, realizar trámites bancarios, tomar alguna caña de cerveza en algún bar o hacer compras en cualquiera de las tiendas abiertas. El panorama fue distinto en el sector industrial, con números que superan el 90% en la construcción, la metalurgia, la industria automotriz o los puertos.
También fue desparejo el acatamiento, según los lugares del país. El impacto fue mínimo en el País Vasco, donde las CCOO y la UGT no tienen peso en el entramado obrero, comandado por una central sindical propia que, semanas atrás, ya había convocado con cierto éxito a una huelga. En el resto del territorio, desde las primeras horas del día, los piquetes de los manifestantes intentaron inmovilizar a los transportistas de carga y pasajeros con suerte diversa y algunos altercados con la policía. El despliegue policial fue importante –especialmente en las grandes ciudades–, y los agentes de seguridad tuvieron que trabajar a destajo en Barcelona, donde se registraron los episodios más violentos (ver recuadro) de una jornada en general pacífica.
Más rotundas, y con mayor peso político, fueron las manifestaciones convocadas a partir de las seis de la tarde y que abarcaron prácticamente todas las ciudades del país. Fue allí que los sindicatos activaron su poderoso aparato y lograron una convocatoria masiva en Barcelona (los organizadores hablan de 400 mil personas), Valencia (100 mil), Sevilla (50 mil) y Madrid (500 mil).
En el palco levantado en la Puerta del Sol, y bajo un cartel con la consigna “Así no ¡Rectificación ya!”, el líder de la UGT, Cándido Méndez, calificó a la jornada como “un gran triunfo democrático”. Fue muy duro a la hora de criticar al gobierno, del que dijo que está entre la espada y la pared. “Nosotros no chantajeamos, chantajean los mercados financieros, y este gobierno es sumiso e incapaz de oponérseles”, dijo, para después exhortar al regreso a “las políticas de defensa del empleo y de la cohesión social”.
A su turno, el secretario general de la CCOO, Ignacio Fernández Toxo, fue directo contra Rodríguez Zapatero. “La democracia no se puede rendir frente a los especuladores”, dijo, y llamó al presidente a que convierta la medida de protesta en una oportunidad para el cambio, al tiempo que le advirtió que los jóvenes quieren un futuro distinto al que le ofrecen las políticas neoliberales. “Que tome nota el presidente: esta huelga no está convocada para derribar al gobierno, sino para que cambie, pero si se quiere suicidar, ese es su problema”, concluyó.
El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se negó a hacer una valoración global de la jornada. ”Seguimiento desigual y efecto moderado”, fue su síntesis cuando señaló  que había datos “contrastados”. Así, aseguró que en la administración pública el ausentismo fue de un 8%, un 23,8% en las empresas públicas y un 12% en los municipios. Para demostrar el contraste, habló de un acatamiento de “casi el 100%” en los sectores automotriz y portuario, del 10% en el comercial y del 3% en el gastronómico. Al final, dejó una puerta abierta al diálogo. Claro que los sindicalistas sacaron pecho y dijeron que no están dispuestos a negociar “como si nada hubiera pasado”.   

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